martes, 4 de diciembre de 2007

reeeeemaaaa

Era el verano en que tenía 14 años. Mi prima y yo decidimos apuntarnos a un curso de windsurf que se impartía en una playa cercana a mi casa. Una playa sin olas ni nada, pero que estaba muy bien para aprender, o eso era lo que pensaba yo…

Yo era la más pequeña del grupo, la más baja y de las que menos pesaba(qué tiempos aquellos…) y por eso tenía la vela más pequeña. Enseguida la hice mía. Buah, esto está chupado, pase torero a la izquierda, pase a la derecha, sin una mano, mirando el paisaje…bah, esto está controlado, chica, saca pecho y a lucir este estilo je je je…


Así de tranquila estaba yo en mis pensamientos cuando sin previo aviso…zas!! una ráfaga de viento maldita sopló de manera descontrolada (o eso me parecía a mí) y empecé a ir cada vez más rápido, cada vez la orilla se alejaba más… y yo no era capaz de controlarlo y si tiraba la vela me iba a matar!! qué velocidad!!El monitor acojonado cogió un megáfono y me decía: ¡tira la veeeelaaaaaaa, tira la veeeeelaaa!! Y yo pensaba: jodío, ni que fuera tan fácil! Pero viendo que iba a llegar al puerto del pueblo, hice acopio de valentía y tiré la vela y la puse en la tabla como decía el monitor. Muy bien, vela encima…¿pero ahora qué, cómo salgo de aquí? Ni que me leyese el pensamiento; el monitor vuelve a coger el megáfono y me grita: túmbate en la tabla y reeeema con los brazos hacia la orillaaaaaaaaaaa!! QUÉEE!!Ese hombre no sabía lo que decía… Mi miedo a la oscuridad se amplía al agua oscura...¿pretendía que metiera los brazos en esa masa acuática negra y profunda habitada por vete tu a saber que extraños seres?ja ja ja. Ni por toda la vergüenza de ser el centro de atención de 3 km de playa… Pero nada, el pobre del hombre ya estaba morado de tanto gritar que remase y yo cansada de decir con los brazos que ni de coña vamos… Al final hubo que llamar a un marinero para que prestara su lancha para ir a buscarme (por entonces no había socorristas en esa playa) y uno de los mayores ponerse en mi tabla y remar hasta la orilla… Fue mi primer viaje en lancha por cierto jeje


Me pasé un mes entero soñando : reeeeeeeeeeeeemaaaaa, reeeeeeeeeeemaaaaaaa jejeje

1 comentario:

Unknown dijo...

jaja, eso de mirar para abajo y ver el agua oscura por la profundidad es inquietante, justo te pones a pensar en todas las cosas que no deberías, como los bichos que pueda haber ahí abajo... cuanto daño ha hecho "Tiburón" :P