jueves, 24 de abril de 2008

no sin mi almohada





Muy bien, voy a acabar el mes cumpliendo la promesa del primer post del mes... He aquí mi historia de amor con mi almohada...



Normalmente la Asociación de Amas de Casa se limitaba a ofrecer cursos para que los hijos de dichas Amas estuvieran bien entretenidos y que alguno destacara sobre otro para que su madre pudiera presumir hasta aburrir a sus "amigas". Pero un día se produjo la sorpresa. Todas recibieron en sus casas ese sobrecillo salmón de siempre pero con la extraña noticia de que iba a ir al local una psicóloga para hablar de cómo tratar a los hijos y responder las dudas e inquietudes maternales...
Era una apuesta arriesgada, pues por aquellos tiempos decirle a una madre que podía ser que estuviera haciendo algo mal en la educación de sus retoños y que aún por encima se lo dijera una psicóloga, es decir, ¡una que trata a los locos!, era casi un insulto...
Pero para sorpresa de todas, a las Amas les picaba la curiosidad y acudieron un buen número de ellas. Entre dicho aforo se encontraban mi madre y sus "amigas".
De la charla que dio la pobre mujer al frente de semejante hazaña, ninguna se enteró, porque la verdad, a lo que ellas venían era a escuchar las preguntas que hacían otras para cotillear después sobre lo que dijeran.
LLegó el esperado momento de las preguntas y una valiente se decidió a preguntar... Estaba preocupada por su hijo. Temía que fuera un obseso o un vicioso porque siempre iba a todos lados con su almohada. En un principio la pobre de la Ama en cuestión estaba muy preocupada, pero pronto su cara pasó de la preocupación a la vergüenza en cuanto empezó a escuchar las risillas por lo bajo de las demás (entre ellas las de mi madre). La psicóloga la calmó diciéndole que no era preocupante pero eso ya no lo escuchó ni ella ni las demás... ya tenían cotilleo!

Pero sabéis, un principio básico de sociedad es que uno no se debería reír de las "desgracias" ajenas... Y mi madre se había olvidado de este principio, hasta que... Cierto día empezó a fijarse más en su hija pequeña.
- pero Senda, ¿adónde crees que vas con la almohada?
-voy a ver los dibus maaaa...
Ese día no le dió mucha importancia, al fin y al cabo es normal que una niña de 6 años tenga esos caprichos y Senda aún más porque con lo peculiar que salió la niña...
Pero el asuntó cobró otro cariz cuando seguía viendo los dibus con la almohada, jugando con su hermano con la almohada, pintando con la almohada, protestando cuando se despertaba para que desabrazara la almohada, pretendiendo cenar con la almohada... y el colmo ya fué cuando se negó ir de vacaciones a casa de los abuelos de C si no llevaba su almohada!!! Qué vergüenza pasó ese día! Menos mal que los padres de C no eran del círculo de amistades y no había riesgo de vergüenza social...
Pero de repente, llegó un día en que ya no le preocupó, empezó a verlo como algo normal, además descubrió que era algo que no tenían porqué enterarse los "demás" y lo aceptó como parte de ella. Ahora ya saben todos que cuando Senda se muda a algún lado y hay que ayudarle con la mudanza hay que dejar sitio para SU almohada que se va con ella como siempre.
Sólo hubo una vez en la que no la pudo llevar pues la cama del piso donde iba a vivir era de otro tamaño y había que comprar una nueva...
Tras años de normalidad, MamádeSenda volvió a pasar mucha vergüenza mientras Senda, ante el asombro de la dependienta, probaba todas las almohadas de la tienda abrazándolas, poniendo caras de felicidad o desagrado, apoyándolas en la pared...
Seguramente fue por ese día por lo que cuando hubo que comprar ahora almohadas para las camas de la nueva casa de MamádeSenda, ésta no le dijo nada y las compró ella sola. El problema vino cuando Senda, pese a intentarlo, no fue capaz de dormir con esa almohada, que por mucho que fuera la más cara y la mejor del mundo mundial no era "la elegida".

En fin, tal y como os había dicho, tengo un apego especial a mi almohada y me sigue allí a donde voy. Siempre conmigo, siempre fiel, dándome cariño, descanso, secando mis lágrimas y dándome calorcito en la barriga cuando me duele... Ay cariño... cómo te quiero...

Este fin de semana me voy a casa de mi madre y tengo ganas... pero no está ella! (Los de los aviones, que son unos incomprensivos...) Así que acabaré el mes con mucho sueño atrasado que recuperaré en el famoso puente de mayo en el que creo que seré la única persona que se quede en esta ciudad... No os preocupeis, la cuidaré bien... mientras sueño... ;)

domingo, 20 de abril de 2008

Con ella fue distinto a las otras veces...

Nada más entrar en la consulta vuelvo a reafirmarme en que no encajo en muchos de los básicos de mujer... Como por ejemplo en el de "la mujer española nunca mea sola", yo nunca fuí en patrulla al servicio y si el de chicas estaba ocupado, tapaba la nariz y me metía en el de tíos (un día casi me pegan unos desesperados). Tampoco me gusta ir de compras acompañada ni, como ya tengo comentado, me gusta en exceso el chocolate...
Pues bien, entro en la consulta chic con música pedante (¿quién eligirá la música de las consultas?) y como siempre todas están acompañadas de su madre o de su pareja y yo soy la única que está acompañada de su libro...
A ver, cuando estás embarazada me parece lógico que quieras que te acompañen por eso de ver las ecos y poder compartir todo lo que te van diciendo poco a poco. Pero cuando vas a una revisión normal... ¿para qué necesitas que te acompañe alguien? Solo le pedí una vez a un novio que me acompañase para no aburrirme porque sieeempreee se retrasan, pero al final lo pasé peor porque me sentía mal por hacerle pasar por ese aburrimiento.
Tras esperar un siglo me llama una enfermera vestida de rosita, ya se sabe que hay que dejar claro que este es un territorio de mujeres. Pues vale.
Entro en la consulta y cual es mi sorpresa cuando me encuentro que mi nueva ginecóloga es ¡¡¡¡Chavela Vargas!!!!
Me pregunta y me mira con desconfianza (¿hay alguna asignatura en medicina en la que te enseñen a desconfiar siempre de tus pacientes y tomarlos por tontos?). Tras darme una charla en la que me trata de niña tonta de trece años y me dice las cosas con esa rotundidad tan característica de ella, me dice que tengo que hacer mil pruebas. La enfermera rosita me aclara con voz dulce (será para contrastar la aguardentosa de Chavela) que seguro que no pasa nada pero por si acaso, ¿sabes? (y para cobrar vosatras más, no te jode...).
Me hacen prueba de embarazo y sale negativa (ya sería el colmo que no fuese así...) pero el momento complicado fue cuando Chavela se empeñó en que viera bien que sólo había una rallita, "ves, ves, ves, no está embarasada", "estupendo, pero como me acerque el aparatito un poco más ya no lo voy a ver sino que voy a esnifar mi propio meo".
La conclusión es que estoy pendiente de un montón de pruebas y con la noticia de que mi me quedo embarazada mi útero me las hará pasar muy putas, lo cual ahora no me preocupa, pero en un futuro me gustaría ser madre y no sé si el miedo al dolor será más fuerte que ese deseo... Qué complicada es la naturaleza humana...
En fin, que para mi nunca fue traumático ni nada por el estilo la visita al ginecólogo, pero está claro que con Chavela es toda una experiencia...

domingo, 6 de abril de 2008

recuérdame como "el gilipollas de los cojones"

-Hombre J, ¡tienes gafas!
-sí, desde ayer jeje- en la cara se nota que la apreciación de mi jefilla le encantó. Tanto que aunque ya se iba del trabajo dió marcha atrás para profundizar en el tema...
-Pues te quedan bien, pareces más listo- ¿cuando te dicen esto se supone que es un cumplido?.
-Pues no es por quedar bien, es que no veía una mierda que tengo 2 diotrías y pico.Y claro, yo sé que tu eres la Jefilla, tú Pablo y tú... bueno a ti no te conozco y seguramente tú a mi tampoco (ahí se equivocaba...). Pero del resto fatal y llegaba a casa con un dolor de ojos como cuando tienes el aparato tieso mucho tiempo. Ya me entiendes eh...-codazo a Pablo de colegueo machonil.
-Ah, entonces tu eres de los que va en el coche con mirada de intriga y pega los volantazos cuando llega al cruce, ¿no? jeje
-¡Pues sí! Es que sin ver eres tan gilipollas que lo tienes grabado debajo de los cojones jeje. Bueno, ¡me voy!

Y con esto nos ponemos todos a apurar el chollo de última hora para sumergirnos en el fin de semana de una dichosa vez, que la semana en el trabajo estuvo caldeadilla...
Acabo pronto porque tengo reunión del proyecto del master y al salir por la puerta me encuentro con J y Diego sentados en un coche. Hace una temperatura que en Galicia es de pleno julio, ¡cuánto necesitaba un poco de sol! Instantáneamente una sonrisa enorme dibuja toda mi cara ,(¿cómo no van a ser más felices en el sur?)
-Buen fin de semana chicos
-¡Hey!¿Cómo te llamas?- Me pregunta J con otra sonrisa de oreja a oreja.
-Senda.
-Muy bien Senda, pues yo soy J
-Ya lo sabía, yo jugaba con ventaja- y pongo una cara picaruela que por lo visto les encanta...
-Jejeje, con ventaja sí... Pues ya sabes Senda, yo soy J, el gilipollas (en esto se tapa los ojos) de los cojones (y me señala la zona por si no sé cuál es...)- A todo esto, Diego alucinado porque como no estuvo en la escena anterior no entendía nada...
A esto... ¿qué respondes a alguien que quiere que te acuerdes de él como el gilipollas de los cojones? La opción fue:
-Vale, me acordaré. Venga, pasarlo bien el finde, ciao.
Me di la vuelta y seguí andando con la certeza de que se quedaban hablando de mí...

viernes, 4 de abril de 2008

no nací para...

Hace unos días mi jefilla me preguntó: "Senda, ¿dónde te ves dentro de tres años?". Como respuesta le regalé una cara pez de las que hacen historia... ¿Dentro de tres años? No sé que será de mi vida dentro de cinco meses, ¿y lo voy a saber dentro de tres años? Puff... Ella lo interpretó rápido y me dijo que ella no me veía en ningún sitio, que cree que tardaré mucho tiempo (años) en aclararme y estabilizarme en un sitio y en una cosa... Y la verdad es que tiene razón. A día de hoy son muy pocas las cosas que tengo claras en mi vida y en consecuencia son muchas las preocupaciones que me asaltan a veces y es entonces cuando tengo esa sensación tan incómoda. Esa sensación en la que parece que algún plástico está achuchando todos mis órganos y parece que todo se descompensa, que me cuesta más respirar, comer, latir... Un descontrol total...
Pero bueno, por lo menos tengo clara una cosa que me ayuda a no frustrarme ni preocuparme tal y como le pasa a mucha gente. Tengo claro que no nací para ser rica (económicamente hablando claro... jeje). No sé, hay muchas cosas que me lo demuestran. Por ejemplo:

  • -no me gusta que me regalen cosas caras.
  • -me parece absurdo gastarme altas cantidades de dinero en ropa, complementos o joyas. A menudo la única diferencia en una marca y estoy más que convencida que no necesitas algo caro para ser elegante, creativa o lo que te apetezca.
  • -no me gusta la cocina esta en que te ponen un "algo" en el plato del tamaño de una nuez, que vete tú a saber que miles de ingredientes sospechosos tienen (oro, flores,.. pero bueno!). Y lo más simpático es que conozco a gente que dice que esta comida es un placer y tal y cual pero después de una de estas selectas cenas llegan a casa y se preparan unos huevos con patatas fritas...
  • -no me gusta el vino.
  • -no me gustan las casas muuuuuuuuy grandes. Cuando mi madre compra el Hola y veo a la pareja rica de turno enseñando su casa-palacio con tanto orgullo yo me pregunto, ¿para encontrarse por casa utilizan walkie-talkies?¿O acaso es que es un matrimonio que ya no se soporta y lo de tener una casa en la que no se encuentran más que en las divinofiestas les ayuda a soportarlo mejor?
  • -Aquí en Madrid duermo en un colchón que debió de ser el modelo siguiente al colchón de Heidy y con mi almohada de toda la vida (tengo una relación especial con las almohadas pero eso lo dejo para otro post jeej) y la verdad es que duermo muchísimo mejor que en el colchón superbuenocaro y la mejor almohada del mundo mundial que me compró mi madre para cuando voy a dormir a su casa.

Y bueno, como estos otros tanto ejemplos. La verdad es que con los tiempos que corren me siento muy orgullosa de ser así, de no necesitar y desear más de lo que tengo. Por supuesto siempre hay ese algo de "si tuviera dinero me haría esto o comprarí esto otro o viajaría a tal lugar", pero no me angustia lo más mínimo. Como más o menos dijo no se quién: "la base de la felicidad es conseguir ser feliz con lo que se tiene y no con lo que gustaría tener." Lo que no quiere decir que no debamos tener ambiciones y sueños, simplemente que no hay que amargarse por lo que no se tiene, creo que disfrutando y valorando lo que se tiene, dándole menos importancia a las cosas que dependen del dinero, se puede vivir mejor. Lo que venga a más, ¡bienvenido sea!