miércoles, 12 de diciembre de 2007

pobre chiquillo...

muelle va, muelle viene, jadeito va, jadeito viene... vale, senda, asimílalo, otra vez más tu despertador va a ser la pasión de la vecina... joooos con lo bien que estaba durmiendo!, bueno, con suerte acaban pronto y reengancho sueño... taratarara, una ovejita, dos ovejitas...pero qué pasa, estos dos no se cansan nunca?!
Ni que me escuchara el pobre, que satisfizo mis deseos al instante... deseos que claramente no eran los de su novia, porque aún no habían pasado ni dos segundos y ella empezó a gritarle a todo pulmón su insatisfacción... Pobre chico... casi a llorar le decía "jo Cris, lo siento mucho de verás, pero no es tan fácil sabes, lo sientooo" y nada, ella implacable seguía grita que te grita...
Daban ganas de decirle (y me escucharía seguro porque nuestras paredes son de estas tipo cartulina) "mira Cris, guapa, que sentimos mucho los dos que no quedaras a gusto, pero aunque solo sea por democracia cállate porque somos dos los que ansiamos tu silencio"...
Es que me daba mucha pena, ya no solo por aguantar la bulla y la gran herida a su ego masculino, sino porque le privó por completo del momentazo relax en silencio y tranquilidad y eso está muy mal (sí, soy mujer y no me gustan los bombones y hablar después de...qué se le va hacer...)

Al final acabamos: ella insatisfecha, él deprimido y yo despierta...Hay que ver que malo es el egoísmo...

3 comentarios:

Unknown dijo...

A mí tampoco me gustan las conversaciones "después de".
Sería un punto que te los encontraras a los dos en el ascensor :P

senda dijo...

jeje va estar complicado porque vivimos (es como si vivieramos todos juntos) en un 4º sin ascensor. Nos ahorramos los ejercicios de gluteos en el gimnasio jejej

Unknown dijo...

Jajajajaja.Detesto las conversaciones después de...normalmente suelo rallarme y ponerme trascendental,así que mejor,punto en boca.